lunes, 11 de mayo de 2009

Como si no nos conocieramos


No me llames, no me mires, no me saludes. Pretende que ni siquiera me conoces, por favor, ignórame. Como si no nos conociéramos. Pretende, siempre fuiste bueno actuando. Como si cada esquina de tu casa no guardara ese recuerdo, como si la cama te pareciese pequeña, como si las noches fuesen cortas, como si nunca hubieses escudriñado mis cajones en busca de una explicación. Como si no nos conociéramos.

¡Y cuánto me conoces!... ¡Y cuánto te conozco!

Te conozco tanto que sé que esto es lo querías que te pida, lo que querías escuchar. Te conozco tanto que sé que es más fácil para ti si me ignoras, si no me miras, si borras mi número de tu móvil.

Y me conoces tanto que sabes que esto que te pido es lo último que quiero. Lo último.

¡Cuánto nos conocemos!... nos conocemos tanto que irremediablemente terminamos queriéndonos. Nos conocemos tanto que a veces nos confundimos y no sabemos si siempre fuimos así o si nos estamos copiando el uno al otro. Nos conocemos tanto que estoy segura de que esta tarde, cuando me tope contigo en la fiesta, seré yo la que te ignore (aunque es lo último que quiero) y serás tú el que me mire y me hable (aunque te duela hacerlo).

Imposible. Porque todas las esquinas lo gritan. Todas.

2 comentarios:

Campanula dijo...

Te comprendo, se de lo que hablas, es la estupida filantropia de estar mientiendo cuando queremos decir la verdad.
un beso

inma dijo...

Joooo yo también me he identificado con tu texto, y supongo que no es bueno :_

saludos!